Dicho esto es una síntesis de la trayectoria columnística de su autor. A lo largo de estas páginas Hughes escribe sobre los temas (políticos) a los que les debe su fama ―los liberalios y los centristas, «molinos de su sinrazón», el feminismo, el progresismo mediático, Trump y sus detractores― y sobre otros (costumbristas) a los que se la debe en menor medida y acaso habría de debérsela en mayor: ese orgullo español que se funda en la gastronomía y el deporte, la nostalgia de oficios perdidos como el del limpiabotas, la creciente proliferación de los pantalones cortos, la elección estival del helado…
Los rasgos de este libro son, pues, los rasgos de su autor: el ingenio, el humor y la prosa desenfadada de un columnista que ―feliz oxímoron― se toma a sí mismo un poco a broma. Hughes desliza una idea inteligente como quien cuenta un chiste malo entre amigos, desvela la esencia de una cosa con la ligereza, con la genial despreocupación, de quien le da una calada a su cigarro.
Leer Dicho esto es, por tanto, abrirse a la posibilidad de descubrir una inteligencia poco consciente de sí, humilde, casi frívola, divertida.